Sentado en su lugar de tertulia, apurando la Faria y sonriendo a
la joven maestra, comenta a sus amigos:
- ¿Habéis visto que nos han puesto
contenedores nuevos en la plaza?
- Sí, le
contesta el párroco, es para que colaboremos a la mejora del medio ambiente
separando las botellas de vidrio, el papel y los envases, que así, separados
tienen un mayor valor.
- ¿Y qué saco yo con
hacer esa separación? Nada, la satisfacción de ser la parte más importante del
proceso, y el resto de las empresas que manipulan lo que yo he separado, su
beneficio, como es lógico. Soy la parte
más importante del proceso y por lo que veo la más tonta.
El médico, Don Anselmo, le recuerda la charla
que unos señores les dieron la pasada semana sobre el reciclaje. El abuelo baja la cabeza, apaga la Faria y
dice con su tono de voz más serio:
- Yo entendí esto: hay un montón de empresas que nos venden productos envasados en
los recipientes que tenemos que separar, a las que les sale más rentable que en
vez de devolverles los envases vacíos a Goyo el tendero, los metamos en los
contenedores. ¿Pero no es calidad de producto lo que quieren? Pues venga, uno a
uno.
- Eso saldría carísimo, dice el
párroco.
- Pero se ahorrarían un montón de máquinas para separar lo que hemos
echado junto. Aunque, hum, esto me
empieza a dar un tufillo raro, ¿no será que esto del reciclaje es interesante
para los países constructores de las maquinas y por ello presionan?
- Siempre tan mal pensado, dice Don Anselmo.
- Claro,
lo interesante es que la selección la haga yo, pero no para conseguir la máxima
calidad devolviéndolo a la tienda, sino para juntarlo en tres contenedores, que
luego precisan de equipos para separar lo que yo he juntado. Vamos a ver. Y si lo
quemamos todo con máquinas de incinerar como las de Madrid ¿No saldría todo más
barato?
Don Anselmo: estamos acabando con
las materias primas, hay que reciclar si queremos seguir fabricando, tiene
usted unas ideas muy anticuadas.
- ¿Antiguo
es buscar el mínimo coste para solucionar un problema? Y no me hable más del
aprovechamiento para fabricar nuevos productos, a ver cuándo se hace el
salpicadero de un bemeuve con los yogures del mediodía...