Esta es una de las escasas publicaciones que aparecerán en este
blog redactadas en primera persona.
Hace ya muchos años un directivo de Ferrovial me dijo una frase
que me impactó: “A los pioneros se los
comen las indios”, con ello resumía una filosofía empresarial basada en la
no apertura de nichos de negocio, sino en comprar y gestionar adecuadamente
negocios maduros. Si uno mira lo que hoy es
Ferrovial es obvio que la premisa era buena, muy buena. Siempre me negué a asumir que en un mercado
moderno, la filosofía no pasara por descubrir nichos de negocio, y si son
exportables mejor. Parecía una verdad de
Perogrullo.
Durante más de diez años mi empresa ha dedicado todo su capital a
hacer entender a técnicos y políticos españoles, que no pueden seguir pagando
servicios multimillonarios sin el más
mínimo control. Cómo pueden decir ha sus
vecinos que no saben cuántos barrenderos hay en la calle o cuándo se han lavado
los contenedores, cuando un ayuntamiento de doscientos mil habitantes paga al año
por los servicios de recogida y limpieza casi 20 millones de euros. Para
qué tanta política de contención y racionalización del gasto, si esto acontece
con el mayor contrato que licitan los ayuntamientos
Hemos dado innumerables conferencias, cursos gratuitos, escrito
multitud de artículos, todo en aras de fortalecer la posición de la administración
frente e la empresa explotadora. Se les
ha formado en el diseño de servicios, en su cálculo económico, en la redacción
de pliegos vinculados al pago por calidad.
Toda esta información totalmente pública, para que pudiera acceder a
ella el mayor número de personas.
Y cuando el mercado comienza su más mínimo despegue, las grandes
consultoras ya se han podido documentar con la información que hemos publicado
de forma gratuita, y observas como la administración al igual que estas
empresas, escribe sin pudor en pliegos y ofertas los conceptos y las
sistemáticas de cálculo que hemos diseñado en mi empresa.
Pero no hay que olvidar que esto sucede en un
País donde no se pueden patentar las ideas, aunque de todas formas daría
igual.
Tenía razón aquel directivo, “a los pioneros se los comen los indios”.
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