Pues en opinión de algunas personas responsables de los servicios
para nada, sobre todo en días de lluvia, cuando vociferan a los encargados
diciendo que dejen de gastar dinero de forma estúpida.
Son muchas las personas que han solicitado
información sobre este extremo, en el fondo muy sencillo de explicar.
En los primeros tiempos de la seudomecanización de la limpieza viaria, también se aportaba
agua al asfalto al igual que se barría, pero esa agua era lanzada con escasa
presión y en forma de surtidor, porque en aquellos tiempos la calzada soportaba
un alto nivel de suciedad, dado el gran numero de ciudadanos que la
transitaban.
Hoy las calzadas son propiedad de los vehículos, pudiendo
traspasarlas los viandantes por unos pocos lugares. ¿Para qué entonces las
baldeadoras? Porque el
problema de hoy es muy diferente al de ayer.
Las calzadas ya no se ensucian, la suciedad
se mantiene en los bordillos y bajos los vehículos casi permanentemente
estacionados. Hay pues que limpiar bajo
los coches y el bordillo. La única
máquina capaz de hacer esto es la baldeadora lanzando agua a alta presión bajo
los coches y arrancando los residuos adheridos en los bordillos ¿Qué tiene que ver la ejecución de este
trabajo con que llueva? Salvo que sea una pluviometría tan elevada que ya haya
escorrentía de agua bajo los coche, porque llueva no se van a retirar los
residuos que se encuentran debajo de los vehículos. La culminación de este trabajo pasa por la
retirada de los residuos del bordillo
por el operario de zona correspondiente.
Y también, la mayoría de las baldeadoras llevan unos tubos punzonados
para hacer la función de riego de la antigua.
El lanzamiento de columnas muy finas de agua hace que haya una rápida
evaporación, proceso endotérmico que absorbe calor mientras aumenta la humedad del
entorno. Una maravilla en la feria de Sevilla o en La Barceloneta. Pero eso NO ES LIMPIAR
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