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martes, 29 de abril de 2014

¿QUIEN ES EL CULPABLE DE LAS HUELGAS DE BASURA?


En los últimos meses han sido numerosas las apariciones en medios de comunicación de ciudades en las que las basuras se esparcían por aceras y calzadas, motivadas por las huelgas de los operarios de los servicios de recogida de residuos y limpieza viaria.  Esta situación no es nueva, aunque sí lo es las causas que las generan.

Tradicionalmente se producían huelgas de este tipo en periodos cercanos a la convocatoria de elecciones municipales.  En épocas de bonanza la Administración solía ceder, en parte, a las exigencias de los trabajadores.  Cesiones de este tipo son las causantes en algunos casos de salarios y prerrogativas laborales desproporcionadas.  En esas ciudades son muchos los nuevos titulados que están ganando menos de la mitad del operario de limpieza de su ciudad, y muy pocos los que tienen 45 días naturales al año de vacaciones.

En el momento actual, las Administraciones en general se están sometiendo a un exhaustivo proceso de ahorro de costes, y los servicios de recogida y limpieza no han sido la excepción.  En la mayor parte de los casos se ha pedido a las empresas que reduzcan su facturación en un determinado porcentaje, siendo las propias empresas las que proponía las modificaciones en los servicios, algunos de ellos desorbitados, siendo inevitable que surja la duda de si lo propuesto vale lo que se va a dejar de pagar.  Como en el sector del aseo urbano el coste del personal oscila entre el 65 y el 80%, era inevitable que los recortes afectaran a los recursos humanos, en forma de congelación o reducción salarial, despidos, ERE's, …  Es evidente que todos los derechos adquiridos son legítimos, pero no debe olvidarse que los trabajadores de estos servicios tienen asegurados todos sus derechos aunque se cambie la empresa explotadora, es decir, trabajo de por vida.  También es de justicia reconocer que lo comentado anteriormente sobre sus salarios y prerrogativas, en esos niveles son excepcionales.

Si hubiera que hacer un reparto de responsabilidad genérico y somero entre la Administración, los trabajadores y las empresas explotadoras, el mismo podría ser del siguiente tenor:

La Administración:
Plegarse a las exigencias de los trabajadores (Salarios de 25.000 € para un operario de limpieza)
Plantear servicios excesivos: (Recogida 365 días al año en municipios de 300 habitantes)
No controlar lo que se ejecuta (de 100 peones de barrido solo hay en la calle 75)

Los trabajadores:
No reconocer el valor de su puesto de trabajo fijo (Pocos quedan que sean funcionarios y hayan ganado ese privilegio por oposición)
No reconocer la magnitud de su salario en el entorno actual (Titulados que cobran cantidades inferiores que operarios de limpieza)

Las empresas:
No hacer el balance considerando los años de bonanza  (La valoración del contrato ha de tener en cuenta los beneficios y pérdidas de todos los años)

Las Smart Cities y los Servicios Urbanos


Últimamente cualquier ciudad que se precie de apostar por la modernidad pertenece de una u otra forma a un proyecto de Smart City (ciudad inteligente).


Pero la cuestión sería: ¿cuándo una ciudad es una Smart City? Para esto aún no hay respuesta, lo que si hay es un camino común al que todas ellas se dirigen: la innovación en la explotación y el control de los servicios urbanos. Tal vez iniciativas que se están desarrollando en el caso del aseo urbano puede resultar clasificadoras del concepto:

SERVICIOS DE RECOGIDA DE RESIDUOS Y LIMPIEZA VIARIA

> Recogida selectiva por llenado: Sistemas que detectan el nivel de llenado de cada contenedor y plantean la ruta diaria de vaciado de los mismos

> Control presencial de los operarios y equipos: Los ya tradicionales “GPS”, sistemas de posicionamiento que indican en todo momento la posición de cada operario y equipo

> Análisis de los datos GPS: Verificación del cumplimiento de itinerarios, de los rendimientos obtenidos, comprobación de qué contenedores se han vaciado, lavado,..., cada día surgen nuevas aplicaciones, como la verificación del tiempo que cada contenedor permanece en el arcón de lavado, aspecto muy ligado al nivel de limpieza a conseguir

> Control de calidad de la prestación de los servicios: Mediciones de nivel de suciedad, de estado de los contenedores y su colocación, …,  junto a imágenes que las refrendan transmitidas en tiempo real, permiten un análisis cuantitativo del nivel de calidad de los trabajos que se están realizando.

Se podrían realizar más apuntes de ideas de futuro, al igual que actuaciones en otros servicios: las bombillas que se iluminan únicamente cuando hay viandantes en la vía pública, los contadores inteligentes del consumo de agua que pueden mandar incluso en tiempo real los datos de consumo, los sistemas de riego de jardines basados en el nivel de humedad que ya tiene el suelo, …


Las ciudades inteligentes lo son porque están empezando a andar en la linea de la eficacia y el servicio al ciudadano.  Esta es la mejor definición que puedo transmitir de las Smart Cities, después de haber participado en diferentes foros y pertenecer a varios comités.

LA FRECUENCIA DE LA RECOGIDA


Con cierta asiduidad, en los medios de comunicación aparecen protestas ciudadanas por la reducción del número de días en los que se presta servicio de recogida. Tal vez antes de enarbolar la bandera de la calidad del servicio, sería necesario reflexionar sin vehemencia.

Hace algunos años en España el emblema de la calidad en el Aseo Urbano (hay que empezar a llamar al conjunto de los servicios de recogida y limpieza de forma correcta), algunos ayuntamientos y medios de comunicación asociaron recogida 365 días al año como la máxima calidad en estos servicios.  La idea cuajó y todos los municipios en masa comenzaron a licitar sus concursos con esa premisa.  UN ENORME DISPARATE ECONÓMICO.

Nadie debió mirar más allá de las fronteras del reino de España, porque si lo hubieran hecho hubieran comprobado que la recogida de los residuos excedentes de la selección tradicional en los hogares, se encontraba en el entorno de los cuatro veces por semana., y ello en los principales núcleos de población.

En este país se apuntaron a ese disparate hasta los municipios de menos de 500 habitantes, “total, como hay dinero”.  Pero el dinero se acabó, y los ayuntamientos tuvieron que sacar la tijera, y evidentemente estos servicios sufrieron recortes de frecuencia, ¿pero quién convencía ahora al ciudadano de que el tan cacareado emblema de la calidad del aseo urbano no era tal?

Habían sido muchas las voces de profesionales y políticos que advertían que esta sin razón era insostenible, pero en muy raras ocasiones fueron escuchadas.  La crisis ha sido el apoyo de aquellos municipios que han comenzado con la rebaja, pero los ciudadanos reclaman que si hay un menor servicio, habrá de minorarse el recibo, porque nadie les explicó nunca que lo que carga el ayuntamiento por este concepto, en el mejor de los casos no cubre ni el 50% de lo que cuesta, con honrosas excepciones, pero esto merece otro artículo. 

La mayor parte de los responsables de estos servicios únicamente se han atrevido con los domingos y festivos, y sólo unos pocos han hecho una restructuración reflexionada.  Estos han diferenciado las frecuencias en función de la época del año, dado que el calor si afecta al almacenamiento de los residuos tanto en el hogar como en los contenedores, y de la población y distribución espacial de los municipios.  En generación de residuos puede haber un 40% de diferencia entre los pequeños municipios y las grandes ciudades, a lo que unir la muy distinta concentración de viviendas, ello hace que los primeros puedan soportar en mejores condiciones la reducción de la frecuencia de recogida.

La tabla que se incluye a continuación refleja un caso real, y NO HA PASADO NADA.


Localidades
por habitantes
Invierno
Verano
Pequeñas
1 vez/semana
2 veces/semana
Medianas
2 veces/semana
3 veces/semana
Grandes
4 veces/semana
5 veces/semana