Se ha molestado alguien en ver cual es la media de superficie en
las cocinas españolas. Hace mas de cuarenta
años tenían un tamaño razonable, dado que la familia comía y cenaba en ella,
pero los nuevos diseños reducen las cocinas a los mínimos indispensables para
que quepan los electrodomésticos, así que la única solución es poner los
contenedores en el salón o en el dormitorio de los niños. Por favor, se está pidiendo a la población
que coloque cinco cubos en su casa:
envases, papel/cartón, vidrio, resto y ahora se pretende separar
la fracción orgánica, todo ello sin olvidar los residuos peligrosos del hogar,
que también se van almacenando porque el
punto limpio móvil no pasa todos los días. No era imaginable pensar que la eliminación de los vertederos iría unida
a la generación de descendencia en cada uno de los hogares.
A los investigadores, de lo que en España no hay porque no se les
paga, que desarrollen sistemas de separación de residuos en base a la basura
bruta. Hasta ahora simplemente se han
utilizado patentes desarrolladas en los países europeos y se han construido las
instalaciones, pensadas en muchos casos para ciudades constituidas por una
edificación unifamiliar y espacio de sobra para la selección, fuera de la
cocina, evidentemente, cómo
iban a consentir los belgas, holandeses o alemanes, cocinar junto a un
vertedero. Pongamos la materia
gris a trabajar, y por una vez sea España quien desarrolle un proceso en el
mundo de los residuos.
Pongamos la materia gris a trabajar y
dejemos al ciudadanos en paz