El gran anhelo de diseñadores y gestores de servicios, pero ¿por
qué?
La respuesta no irá nunca orientada a los contenedores destinados a la recogida de residuos sólidos en masa o no seleccionados. En los diseños de este tipo de contenerización priman las distancias al ciudadano, lo que hace que en el 99% de los casos haya capacidad más que suficiente para dichos residuos. Donde el sistema que da título al artículo alcanza su máximo interés es en la recogida selectiva. El número de estos contenedores suele estar vinculado a la población a la que va dirigida, estándose alcanzando valores de una unidad cada 350 habitantes.
Mientras
que los contenedores de residuos no seleccionados se recogen siempre con una
periodicidad fija por imposición de los pliegos de condiciones, los de
selectiva se deberían vaciar cuando estén llenos, y este es el problema: averiguar cuándo se llena cada uno de ellos. Si eso se consiguiera el ahorro
sería muy significativo, pero desgraciadamente es muy difícil de prever cuándo
se va a producir el llenado.
Cada poco tiempo aparecen en los medios de comunicación equipos de
investigadores que afirman tener la solución a este problema, pero, ¿Cuál es su
complejidad tecnológica? El fundamento es sencillo, similar a un
radar. Por medio de un emisor de
ondas o de “luz”, colocado en la parte superior del contenedor, se produce una
emisión que rebota en los residuos, un receptor próximo al emisor recibe y
transforma el tiempo transcurrido entre emisión y recepción en volumen de
llenado. Pero los residuos son muy
agresivos física y químicamente, los golpes de la recogida,... y este equipamiento muy sensible. Para que la información sea útil, no basta
con que un semáforo marque que el recipiente esté lleno, es necesario
transmitir la información al recogedor, y aunque los servicios de telefonía se
abaratan a velocidad de vértigo, todavía muchos prototipos plantean la
comunicación de manera que los contenedores se envíen información entre sí por
medio de ondas de radio. El último paso
es un programa de navegación que determine la ruta de los contenedores a
recoger al día siguiente.
Todo existe, pero el producto no está en la calle ¿Por qué?
¿No se consigue un sistema resistente a la dureza del trabajo, los recogedores
no son sancionados porque haya contenedores llenos o con residuos fuera de los
mismos, las comunicaciones encarecen más de lo esperado la explotación, la inversión no se convienrte en una reducción de medios, los
analizadores de rutas aún no son como el Tomtom,…?
Tal vez debería ser ECOEMBES, como principal
interesado, quien mejor podría responder a estas cuestiones. Pero por favor, para denostar lo expuesto que nadie hable de los grandes residuos que
dan por lleno el contenedor, si el ciudadano no puede introducir sus residuos el contenedor está lleno.